En virtud de su mandato de
ayudar a las sociedades a forjar un mundo mejor, la oficina del PNUD en México
realizó la actualización de la Estrategia de Igualdad de Género para el período
2010-2012. Este documento es nuestra carta de navegación, tanto en la implementación
de los mandatos y políticas sobre género del PNUD, como en la definición de
acciones concretas para avanzar en la promoción de la equidad entre mujeres y
hombres. Ambos compromisos provienen de nuestra misión de contribuir a la
erradicación de la pobreza y al logro del desarrollo humano en México.
Estrategia de Género PNUD
México 2010-2012 La estrategia se elabora con la finalidad de dar continuidad a
los objetivos de promoción de la igualdad de género en los proyectos del
PNUD-México, armonizándola con la legislación vigente en el país y con la
Estrategia de igualdad de género Empoderadas e Iguales 2008-2011, que rige las
acciones del PNUD a nivel global, teniendo como directriz el impulso del
desarrollo humano y el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio
(ODM).
La Carta de la Tierra es
una declaración de principios fundamentales que tiene el propósito de formar
una sociedad justa, sostenible y pacífica en el siglo 21. Busca inspirar en los
pueblos un nuevo sentido de interdependiencia y responsabilidad compartida para
el bien de la humanidad y las demás especies que habitan la Tierra. Es una
expresión de esperanza así como un llamado de ayuda para crear una sociedad
global en un momento crítico en la historia. Algunas de las preguntas y
respuestas más frecuentes se encuentran a continuación. Mayores detalles podrán
ser encontrados en los capítulos subsecuentes.
En la Carta de la Tierra
se le da un énfasis especial a los retos ambientales mundiales. Sin embargo, la
visión ética inclusiva del documento reconoce que la protección ambiental, los
derechos humanos, el desarrollo humano sostenible y la paz son
interdependientes e indivisibles. Provee un nuevo marco de trabajo para pensar
y referirse a estos temas. El resultado es una concepción fresca y amplia de lo
que significan comunidad sostenible y desarrollo sostenible.
Estamos en un momento en
donde se necesitan cambios con respecto a cómo pensamos y vivimos, la Carta de
la Tierra nos reta a pensar acerca de nuestros valores y elegir un mejor
camino. Nos hace un llamado para que busquemos un terreno común en medio de
nuestra diversidad y para que acojamos una nueva visión ética que está siendo
compartida por una cantidad creciente de personas en muchas naciones y culturas
alrededor del mundo.
En 1987, la Comisión
Mundial para el Ambiente y Desarrollo de las Naciones Unidas hizo un llamado
para la creación de una carta que tuviera los principios fundamentales para el
desarrollo sostenible. La redacción de la Carta de la Tierra fue uno de los
asuntos inconclusos de la Cumbre de la Tierra de Río en 1992. En 1994 Maurice
Strong, Secretario General de la Cumbre de la Tierra y Presidente del Consejo
de la Tierra, y Mikhail Gorbachev, Presidente de Cruz Verde Internacional,
lanzaron una nueva Iniciativa de la Carta de la Tierra con el apoyo del
Gobierno de los Países Bajos. La Comisión de la Carta de la Tierra se formó en
1997 para supervisar el proyecto y se estableció la Secretaría de la Carta de
la Tierra en el Consejo de la Tierra en Costa Rica.
3.6.2 La Agenda 21
Recientemente, ha surgido
un instrumento que permite aplicar los principios de la declaración de la
Conferencia sobre el Medio Ambiente y Desarrollo celebrada en Río de Janeiro –
Brasil en 1992, se trata de la Agenda 21, la cual, se define “como un conjunto
de políticas y programas relacionados con el concepto del desarrollo sostenible
cuyo ámbito de aplicación es la esfera local” (Aguado y Echebarria, 2003: 22).
Entre los principios sobre
los que descansan los acuerdos de la Agenda 21 tenemos (De Lisio, 1999):
·
La aceptación de la problemática ambiental
no sólo a escala mundial, sino también la interacción compleja y dinámica entre
los diferentes elementos ambientales en el que se incluye tanto a los
ecosistemas naturales como a las personas.
·
Las causas del cambio climático, la
reducción de la diversidad biológica, la degradación de la capa de ozono y la
acumulación de sustancias peligrosas recae esencialmente en las actividades
humanas.
·
La autodeterminación de cada Estado
nacional para la explotación de sus propios recursos naturales y en la
aplicación de su propia política ambiental, sin embargo, se recalca que esta
autodeterminación queda sujeta a la condición de no producir efectos
perjudiciales a otras zonas geográficas situadas fuera de la jurisdicción
nacional.
·
El mejoramiento del conocimiento de los
ecosistemas, del clima y de la importancia de los diversos procesos naturales,
económicos y sociales que tiene efecto sobre la atmósfera o que se ven
influidos por la misma.
·
Los diferentes grados de responsabilidad
para los países desarrollados y los de menor desarrollo en lo que respecta al
ambiente y el establecimiento de la equidad en el uso de los recursos de
acuerdo a las necesidades de desarrollo.
·
La restricción en el uso de los recursos
naturales, tanto para su sustitución y diversificación como para el incremento de
la eficiencia en el rendimiento insumo / producto. Se hace especial énfasis en
la importancia de la valoración de los recursos naturales en el sistema de
cuentas nacionales de los países. 174 Carlos Bustos Flores y Galia B. Chacón
Parra Telos Vol. 11, No. 2 (2009) 164 - 181
·
La aplicación de nuevas tecnologías
ambientalmente adecuadas, vale decir, caracterizadas por el uso de recursos
naturales renovables de manera sustentable; el reciclaje de sus desechos y
productos y la disposición final de los residuos en forma ambientalmente
adecuada.
La Agenda 21 conjuga en
forma integral las tres dimensiones del desarrollo sostenible (ecológica,
económica, social) y garantiza que ningún enfoque prevalezca sobre otro, por
ejemplo, las políticas económicas deben contemplar las repercusiones ecológicas
y los programas ecológicos deben garantizar el desarrollo económico y el
bienestar social (Barrutia et. al., 2007).
En su primera sección
(capítulos 1 al 8) hace especial énfasis sobre la lucha contra la pobreza, las
modalidades de consumo y la salud de los seres humanos, siguiendo
inmediatamente en los capítulos 9 al 22 (sección II) con el tema de los
recursos naturales de la tierra y la biosfera, su explotación y conservación,
los ecosistemas, la biodiversidad, los residuos sólidos y los desechos
peligrosos. La sección III (capítulos 23 al 32) versa sobre el fortalecimiento
de los grupos y organizaciones (indígenas, no gubernamentales, sindicatos,
autoridades locales, el comercio y la industria, los agricultores y la comunidad
científica y tecnológica) que pueden hacer posible un desarrollo sostenible,
así como, consideraciones especiales para la mujer, la infancia y la juventud.
Los capítulos 33 al 40 (sección IV) se refieren a la transferencia de
tecnología, financiamiento, instrumentos jurídicos, fomento de la educación,
capacitación y conciencia ciudadana.
Por otra parte, en el
capítulo 28 recomienda que cada autoridad local deba iniciar un diálogo con sus
ciudadanos, organizaciones locales y empresas privadas a fin de adoptar una
Agenda 21 local. Los gobiernos locales pueden aprender de la comunidad a través
de procesos de consultas y concertación así como obtener información para
formular mejores estrategias. En esta etapa de consultas se aumentaría el
conocimiento de las personas acerca del desarrollo sustentable.
3.6.3 Política Ambiental
Las políticas pueden tener
como objetivo la protección de un determinado ecosistema (ej. un sistema de
arrecifes, los bosques naturales andinos), el fortalecimiento de la capacidad
de los actores que la proponen, o a compensar su débil posición frente a otros
actores (ej. en relación con algunos de los oponentes de una determinada
acción). También pueden estar dirigidas a incidir en factores del contexto
como: el mejoramiento de las condiciones para la generación y apropiación
social de la información (ej. el fortalecimiento de la educación ambiental en
determinados niveles o de la investigación básica sobre un determinado campo
del medio ambiente), la transformación de ciertas condiciones
político-institucionales (ej. alcanzar una mayor coordinación e integración
transectorial, o una mayor descentralización de la gestión a nivel local, o incrementar
la participación ciudadana en las decisiones que afectan el ambiente), las
condiciones socioeconómicas (ej. la transformación de los patrones de uso de
los recursos naturales, o los patrones de consumo, o la tenencia de la tierra)
y las condiciones tecnológicas (ej. desarrollo de nuevas tecnologías limpias, e
innovaciones de tecnologías de final del tubo) (Fiorino, 1995; OCDE, 1997;
Janicke y Weidner, 1997).
Referencias:
Bustos Flores, Carlos; Chacón
Parra, Galia B. (2009) El desarrollo sostenible y la agenda 21. Telos. Recuperado
de: https://www.redalyc.org/pdf/993/99312517003.pdf
Rodriguez M. B. Recuperado
de: http://www.manuelrodriguezbecerra.org/bajar/gestion/capitulo7.pdf
Secretaria Internacional
de la Carta de la Tierra. Recuperado de: http://fundacionvalores.es/wp-content/uploads/ACF686FolletoInformativoCT.pdf
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